viernes, 23 de marzo de 2012

Tormentas tropicales y vientos huracanados en Venezuela


Amoldo Gutiérrez
Profesor UCAB y UCLA

Caracterización de la amenaza

Para poder comparar Normas de Viento, internacionalmente se ha normalizado la velocidad a lo que se denomina velocidad básica del viento, la cual es la velocidad que tiene una probabilidad p(m) de ser excedida por lo menos una vez en un período de m años y que corresponde a promedios de velocidad instantánea sobre intervalos prefijados a una altura normalizada de 10 m sobre un terreno con unas determinadas características (tipo de exposición) que afectan la variación de la velocidad del viento con la altura.

Este es un artículo continuación de la publicación que encontrarán en el siguiente enlace: http://banescoseguros.wordpress.com/2012/03/23/tormentas-tropicales-y-vientos-huracanados-en-venezuela-2/ 

viernes, 16 de marzo de 2012

Tormentas tropicales y vientos huracanados en Venezuela

Amoldo Gutiérrez 
Profesor UCAB y UCLA

Compilación y discusión de casuística


Para obtener evidencias históricas de los efectos causados por las perturbaciones meteorológicas que han afectado al país, se rastrearon, además de las referencias bibliográficas, los repor­tajes en la prensa nacional entre 1978 y 2005. Como señala (Munson, 1986) la información de prensa y otras publicaciones dirigidas al público en general, debe ser usada y tratada con cautela porque no está escrita para ser documento científico, por lo que pueden ser imprecisas, erróneas, exageradas. Es un error aceptar las inexplicables altas velocidades transmitidas por los medios de comunicación porque pueden conducir a proyectos conservadores y antieconómicos al crear la falsa idea que las fallas se deben solamente a las velocidades del viento más que a las deficiencias del proyecto o de la construcción, y las cons­trucciones que permanecen intactas dar un falso sentido de segu­ridad.


La interpretación y cuantificación de los resultados de la investigación bibliográfica y hemerográfica se fundamenta en la evolución de los huracanes y las diferentes escalas de medición de sus efectos, tanto en tierra como en el mar (véase Anexo 1,1). La etapa de formación de un huracán, se inicia con las ondas tropicales u ondas del Este (vientos de 20 km/h), que son líneas de flujo onduladas sobrepuestas a los vientos del Este cerca de la Zona de Convergencia Intertropical, y que ceden paso a la circu­lación cerrada isobárica que se conoce como depresión tropical (vientos de hasta 63 km/h). Cuando la velocidad sostenida de los vientos excede de 63 km/h se convierte en una tormenta tropical, y se le considera un peligro. Cuando los vientos exceden los 119 km/h el sistema se convierte en un huracán, la forma más severa de las perturbaciones tropicales. El decaimiento ocurre cuando el huracán llega a aguas no tropicales o cruza una masa de tierra. Con la desaceleración de sus vientos se convierte nuevamente en tormenta y luego en depresión. La escala de huracanes fue desa­rrollada en 1969 por el Ingeniero Civil Hervert Saffir, dedicado al estudio de las construcciones de bajo costo en áreas propensas a huracanes, y el director del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos Bob Simpson. La escala Saffir-Simpson de clasifi­cación de los huracanes se basa en la intensidad de la tormenta, que refleja el daño potencial (véase Anexo 1.2).

La recopilación histórica presentada en la Tabla 1.1 y Figura 1.1 se ha restringido a las tormentas tropicales y huraca­nes que han afectado a Venezuela. Se han excluido otras pertur­baciones, como las vaguadas en altura y depresiones tropicales que si bien no son significativas desde el punto de vista de las velocidades de viento, si lo son pluviométricamente, al punto de haber originado tragedias como las del río Limón en Septiembre de 1987 y el deslave del Estado Vargas en Diciembre de 1999, Goldbrunner ha denominado las lluvias que originan estas per­turbaciones con el término nortes o situación norte y considera la posibilidad de que sean la causa de la destrucción de Nuevo Cádiz, en 1541, y de los eventos reportados en Enero de 1742, Diciembre de 1796 y Febrero de 1951.

Algunos de los eventos mostrados en la Tabla 1.1 y Figura 1.1 ameritan un estudio más detallado, como el que se ha hecho respecto al huracán de 1933 (Grases, 2002). La casuística reco­pilada a través de la prensa permite concluir:

• Generalmente las lluvias van acompañadas de fuertes vien­tos o vientos huracanados, pero no siempre los vientos huracanados van acompañados de lluvias.

• Se detectaron fenómenos meteorológicos tales como el Foehn o Föhn; vórtices producidos por las llamadas celdas, y que solamente podrían catalogarse como tornados cuan­do produzcan al menos daños F0 en la Escala de Fujita (ver Anexo 1.3); trombas marinas y granizo.

• Daños a instalaciones por caída de rayos, en algunas oportunidades con pérdidas de vidas.

• Un caso donde antes de sentirse un temblor se produjo fuerte aguacero y vientos intensos.

• Vientos que interrumpen operaciones de perforación o de dragado.


Figura 1.1 Trayectorias de perturbaciones tropicales que han afectado la costa Norte de Venezuela (1877/2004).